mercurio de valparaiso - 18/05/2006

Respetar el paseo Atkinson

Gonzalo Ibáñez, abogado

“El paseo Atkinson, construido en 1875 y ubicado en el Cerro Concepción, constituye, sin duda, uno de los principales atractivos del Valparaíso Patrimonio de la Humanidad. Inmortalizado por el pintor Alfredo Helsby, dicho paseo concita hasta hoy la admiración de quienes lo visitan, porque en él, como en muy pocas otras partes, está plasmado el espíritu y la cultura que hicieron en su momento de Valparaíso una gran ciudad, un gran puerto y un gran centro financiero. Sin embargo, es uno de los lugares más descuidados por la mano de la autoridad municipal. De hecho, hace 40 años se levantó delante de él un enorme edificio que lo menoscabó seriamente.

Entre la espalda de ese edificio y el Paseo quedó un sitio que fue donado al municipio por los propietarios de aquél, aunque el municipio usó la figura jurídica de la expropiación para adquirir su dominio. Sea lo que fuere, ese sitio se hizo municipal para objetivos de utilidad pública que sirvieran a los habitantes del paseo como mínima compensación por el daño que sufrieron con la construcción de ese edificio. Entre esos objetivos, el de organizar ahí una plaza de juegos infantiles.

Con todo, el sitio ha permanecido eriazo hasta hoy, cuando, en vez de cumplir con el fin para el cual estaba destinado, el municipio busca venderlo para hacer caja y así ayudar a pagar las ingentes deudas que le dejó la administración anterior. Quien aparece como eventual comprador es la Universidad de Valparaíso que apunta a desarrollar ahí un proyecto que le permita trasladar toda su Escuela de Arquitectura para lo cual, además, pretende construir de manera asociada, aunque en el mismo proyecto, un nuevo edificio en la Plaza Aníbal Pinto. Es muy respetable el interés de la universidad y probablemente, desde el punto de vista de ella, sea buena idea tratar de instalarse en un lugar patrimonial. Pero, en el hecho, junto con perder un espacio que debería servir a la comunidad aledaña, el Paseo Atkinson y todo el Cerro Concepción corren el riesgo de convertirse en el patio trasero de esa escuela y en un simple pasadizo de alumnos, profesores y funcionarios.

Creo, modestia aparte, haber sido durante los últimos ocho años, quien más ha bregado para que se reconozca el destino universitario tanto de Valparaíso como de Viña del Mar y soy muy partidario de la interacción de la Universidad con la ciudad de la cual forma parte, y no me molesta que ocupe espacios aun en áreas céntricas. Pero emboquillar una escuela en un sitio estrechísimo como éste a que nos referimos me parece todo un despropósito, como también lo hizo ver Víctor Gubbins, Premio Nacional de Arquitectura, ex-presidente nacional de los arquitectos y que nació y vivió largos años en el Cerro Concepción.

No puede ser que las penurias económicas del municipio terminen por afectar a un lugar como este paseo y como es todo ese cerro. De hecho, llevando adelante el proyecto tal como está concebido, él va a ser "pan para hoy, hambre para mañana", porque por pagar una deuda de ahora se afectará de manera permanente uno de los lugares emblemáticos del Valparaíso Patrimonial. Pero, aunque no fuera un sitio tan importante, no puede el municipio faltar a su compromiso con la comunidad en el sentido de destinar un sitio como el que está en cuestión a un uso que sirva a esa comunidad y que le dé más lustre al entorno. Quienes hemos apostado por Valparaíso y hemos invertido en él, tenemos derecho a un municipio alerta en este sentido, porque, en el fondo, es el cuidado de nuestro propio espíritu y de nuestra propia identidad lo que está en juego."